Parece ser que ha sido un éxito en ventas, superando al año pasado, lo cual no me parecía -ni me parece- tarea harto complicada, puesto que la ubicación del año pasado en el Paseo de Santa Fe era cuanto menos incómoda y agobiante, y hay que recordar los días de lluvia que hubo. Cierto que este año también ha llovido y que gracias a las carpas no se fastidiaron los actos, pero seamos sinceros, sólo cayó agua en contadas horas del primer fin de semana. Aunque lo que sí me ha sorprendido, y me alegra, es que la gente no haya tenido reparos en coger coches, bicis o autobuses para acercarse al nuevo emplazamiento -y me da a mí que cuasidefinitivo-, de los cuatro días que he deambulado por la feria del libro, las tardes han tenido un público muy aceptable en número, ahora bien, las mañanas, y he estado tres, son otra cosa, sólo valen para llevar a escolares -lo cual me parece perfecto- , quedan muy desangelados los stands e incluso los libreros aprovechan para estar charlando entre ellos.
En cuanto a las actividades desarrolladas en esta feria sí que tengo más que criticar. En primer lugar las presentaciones de novedades editoriales se han realizado en horarios infames, sólo asumibles por algunos medios de comunicación, y por un escasísimo público -caseta de actividades enorme pero vacía, la mejor de las veces hubo once personas, contando medios-. Aparte ya quedó dicho mi desagrado hacia la falta de autores motivantes para firmar ejemplares, en Andalucía hay muchos y buenos, además con libros calentitos calentitos recién sacados del horno, pero ni el más mínimo esfuerzo, sólo el realizado por alguna editorial motu proprio, además saboteadas esta firmas de libro por las obras de teatro y otras actuaciones en el mismo horario. Del resto de actividades, los cuentacuentos los veo necesarios, también podrían pasar el taller de cómic -5 tardes me parece demasiado- y las obras de teatro -para el próximo año que tengan un horario propio, no coincidente con firmas de libros y presentaciones, por favor-, pero donde me hierve la sangre es con los conciertos de la Banda Sinfónica Municipal de Música -fueron tres- y del coro rociero Aires de Camino. Respeto profundamente estas tradiciones, pero que yo sepa en el pasado salón de la feria flamenca en Huelva no llamaron a ningún escritor a firmar, presentar o leer libros, y en los conciertos dela Banda Sinfónica tampoco interviene algún poeta declamando. Creo que queda claro.
En resumen, podría haber estado mejor, ha ido mucha gente, y a los que recorremos habitualmente las librerías no nos ha aportado demasiado. Esperemos que en la próxima crezca algo, pues tienen un año los señores gestores para ponerse las pilas, y si necesitan ayuda que la pidan, pues sé de buena tinta que la mayoría de actos han sido propuestas que les han llegado.
Y a todo esto, al menos me llevo dos libros: Qui Scribit de María Alcantarilla y Ha pasado un ángel una antología de poemas de Ángel Poli. Ya he comenzado a degustarlos.
3 comentarios:
más talleres de creación y menos de comic.
he dicho.
Maria Alcantarilla..me huele un poco mal :)Tu que tienes arte,Haber cuando publicas un libro! que estamos deseosos!aunque sea el de familia..un saludo!
pues king, todo lo contrario, la chiquilla huele muy bien, y sus poemas aún mejor.
y manolo, por supuesto, más creación siempre!!!
Publicar un comentario