Me gustaría tener tiempo para hacerle la reseña que se merece el libro El huerto deseado, que recientemente ha publicado Tomás Rodríguez Reyes en la colección Siltolá. Pero como no es así, al menos os dejo con un poema, para ver si os animáis a ir a una librería y comprarlo o sustraerlo.
Tú que habitas los giros reptantes de la noche,
que en el silencio sostienes los enigmas
y las causas primeras.
Aquí te tengo en esta tarde
muerta,
y vives porque hablas por mi boca:
como una talla en crudo
la realidad levantas. Dices: cielo,
sombra, espacios marítimos,
de la infancia los arquitabes,
boceto del olvido,
aire ensimismado, tormenta
de estos cuerpos que saben a difunto.
Porque puede decirse esta verdad
sin artificios,
se rebela esta luz sobre los campos
como una piedra sometida
a la medida exacta de la tierra.
No quieren ver más mis ojos
y eso les basta.
2 comentarios:
¡Ay, Manolo, cómo me cuidas! Gracias, compañero, por tus palabras. Salud, siempre.
No te equivoques, cuido de tu literatura...
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