Pues tal y como anticipé, estuve el sábado en la tardenoche visitando el Salón del Libro Iberoamericano, donde pude hacer un recorrido por las distintas mesas de editoriales que allí se ubicaban, y que por motivos de mi apretada agenda no pude visitar hasta el último día de la muestra. Para colmo iba con la cartera vacía, así que intenté no encapricharme especialmente con ninguna publicación.
Seguidamente comenzó el festín de vino, jamón y literatura. Me reencontré con amigos que hacía tiempo no saludaba, como el caso del organizador de todo, Uberto Stabile:
También tuve el placer de volver a charlar con Manuel Moya, con quien no coincidía desde hace meses. Nos contó sus nuevos proyectos literarios, además de recomendarnos las castañas en esta época del año. Aquí brindó por bulerías:
Y para cerrar el círculo de felices encuentros, estuvo Carmen Camacho -y Pepe Calvo, qué grande!-, quien como se ve en la foto se dispuso a trocear la poesía para dejarla en minimás.
Y aún hubo más, pero mi cámara se quedó sin batería, así que se pierden al poeta repentista Alexis Díaz Pimienta, y la degustación colectiva de jamón.
Y aún hubo más, pero mi cámara se quedó sin batería, así que se pierden al poeta repentista Alexis Díaz Pimienta, y la degustación colectiva de jamón.
3 comentarios:
¿por qué nunca hay jamón en los sitios que yo escucho poesía?... :(
anda que no manolo, tu si que sabes! mucha literatura y mucha poesía, pero vamos que donde esté el vinito y el jamón... hubiese faltao la sevillana y la pandereta.
raúl, es sencillo: tú vas a ver poesía esperando encontarte algo de jamón, yo voy a ver jamones esperando encontrame algo de poesía.
jaime, la juerga fue más tarde, pero mejor no la contamos aquí...
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