17 nov 2008

En El País

Saltando de blog en blog, mi amigo el Cangrejo Pistolero me ha puesto sobre la pista de un artículo de El País donde resulta que nombran a los chichimecas -también habríamos aceptado los chichimecos-, es decir, Manuel Arana y un servidor. No hablan más de nosotros, pero al menos sí aparece ese nombre: chichimecas.

Os pego el artículo de Alberto Fernández Otto, donde habla de las nuevas miras de la poesía:


SI esperas a que alguien invente lo que buscas, tardará y lo hará mal. Eduard Escoffet, 28 años, poeta y gestor catalán, así lo cree: "Yo provengo de un mundo ácrata llamado Barcelona en el que cuando quieres algo, lo montas y listo. Un día sentí el deseo de crear plataformas de intercambio y visibilidad para la poesía recitada, y lo hice". Su caso no es el único. Ante la apatía institucional, algunos de los jóvenes autores españoles más reconocidos han optado por pasar a la acción y, como en una especie de república federal poética, programar a lo largo y ancho de la península recitales-escaparate en los que cada autor impone las leyes a su antojo.
"El libro de poemas es un invento maravilloso que tardará todavía unos meses en desaparecer", bromea Ben Clark, 24 años, responsable de los recitales más canónicos y también más raros que se pueden ver en Salamanca. Aunque a freak le gana Antonio G. Villarán, de 32, más conocido como El Cangrejo Pistolero, fundador de la editorial homónima y anfitrión de Las noches del Cangrejo en Sevilla. Una especie de Juan Tamariz de la rima que, acompañado de amigos que responden a nombres como Siracusa Indigesta o los Chichimecas, a lo último que aspira es a emular a Cernuda (aunque a ratos lo consiga). Todo lo más, quitarle pose, ego y fachada al género mientras comparten irreflexivamente unas cervezas.
La intención es que cualquiera de estos actos se parezca lo máximo posible a un plan de viernes cualquiera. O ésa es, al menos, la premisa bajo la que se programa este fin de semana en Madrid 2008 poetas por Km2. No es el cómputo inflado de ninguna manifestación, es un festival poético a cargo de Arrebato Libros que invita a autores como el propio Escoffet, Josep Pedrals o Gonzalo Escarpa con la idea de unir cerebros privilegiados y enseñar lo que ellos llaman "la pasión fría de la poesía": menos papel, menos soledad, menos meditación, más fiesta. Todo lo que no sabíamos que la poesía podía ser.
Uno de los responsables, Pepe Olona, lo sintetiza: "Nos interesa una visión más oral, que prescinda del rollo sentimentalista". Para los talleres y actuaciones que celebrarán hoy y mañana, dice, han querido priorizar, con permiso de los poetas catalanes de vanguardia invitados, el catering y las buenas bebidas. "La poesía ya no mata, sólo engorda", prologan en su página web.
"Son los propios creadores los que mejor conocen sus necesidades; yo prefiero que un pintor organice una exposición a que lo haga un funcionario", coincide Escarpa, de 31 años, director del Centro de Difusión Poética de Madrid. "Y si no puede ser en las bibliotecas, que sea en los bares", insiste Elena Medel, poeta cordobesa de 23 años. O en los blogs, territorio de sabios anónimos, donde siempre hay un experto para lo que aún no tiene ni nombre. Existen cientos de páginas personales abiertas por los seguidores de los "directos" poéticos. En ellos dedican críticas y piropos a sus poetas preferidos y les reclaman visitas a su tierra. Como fans, vamos.
Se acabó el poeta petrificado en su celda. Se acabó el poeta maldito que escribe entre resacas. Lo que le toca al nuevo poeta es salir a saludar y buscar la manera de que su obra o la del colega se oiga lo mejor posible. Y además, contestar al teléfono, ajustar fechas, reservarle tren y techo al invitado, o algo tan poco poético como buscar financiación para no verse obligado a servir garrafón en los cócteles.
Con todo, hay quienes no detectan todavía grandes diferencias. "Cuando escribo estoy al servicio del texto", razona Escarpa, "cuando trabajo como coordinador estoy al servicio de otro poeta, que está a su vez al servicio del texto. El objetivo es siempre el mismo: decir lo que no se sabe decir, ir más allá de lo que se conoce". Qué queréis, es poeta.

3 comentarios:

Tomás Rodríguez dijo...

Si "a lo último que aspira es a emular a Cernuda"..., uno de los grandes de la literatura hispańica, cojo mi equipaje y me voy.

Enhorabuena por vuestros logros, Manolo. Saludos a Indiana. Agur.
http://tropicodelamancha.blogspot.com

Jaime dijo...

habis rozado la fama!

Manuel G. Mairena dijo...

Tomás, ya le daré tus saludos la próxima semana.
Jaime, ya ves, cada vez más cerca, jeje.